miércoles, 22 de diciembre de 2010

¿Cómo te gustaría dar una clase de Lengua?


En ocasiones suelo imaginarme a mí mismo, y me apostaría una cena a que no soy el único, impartiendo mi primera clase de Lengua. Es decir, poder ir más allá de los conceptos teóricos y las simulaciones que hemos realizado a lo largo del Máster, y enfrentarme verdaderamente a una clase con sus 20 alumnos y sus 40 curiosos ojos escrutando al nuevo “inquilino” del aula.Tal y como nos han advertido varios profesores hasta el momento, los primeros minutos de esa primera clase se tornan fundamentales, y por tanto trataría de llevar esa parte inicial totalmente preparada. La improvisación la mandaríamos a paseo, sin duda. Después de saludar y presentarme ante mis nuevos alumnos, me dispondría a pasar la lista como mandan los cánones, e intentaría ir memorizando los nombres de mis jóvenes estudiantes lo antes posible. Y es que, el tratar a cada alumno por su nombre ayudaría sin duda a lograr cierta “cercanía” y “confianza” necesarias dentro de un aula. Y no sólo dentro de una clase, puesto que el hecho de que se dirijan a mí por mi propio nombre es algo que he valorado mucho desde siempre. En esa misma línea, desde el primer día trataría de empezar a conocer a cada alumno un poco, con sus defectos y sus virtudes, con sus filias y sus fobias.
Por otro lado, a lo largo de mi experiencia docente con dicha clase trataría de intercalar, en la medida de lo posible, el uso de las nuevas tecnologías. El “Glogster” y sus murales digitales, la creación del recurrente blog, el omnipresente Youtube,… etc. serían herramientas muy a tener en cuenta a la hora de desarrollar mis clases de Lengua y Literatura.

Unai Santos

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