jueves, 30 de diciembre de 2010

Marta Llano



Con este poema, los alumnos trabajarían en clase de Lengua los signos de puntuación del poema, teniendo que ser ellos quien lo escriban.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Maite Asenjo


Get a Voki now!



La tarea de los alumn@s: Poner los signos de puntuación y diferenciar los versos de las estrofas.

Unai Santos




Corrige los errores que comete el avatar, sobre todo presta atención especial a las pausas que no realiza y escribe las tildes que necesitaría el texto.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Nahikari Respaldiza



¿Quién escribió el poema? Investiga su contexto y ensaya cómo lo recitarás mañana en clase.

Ane Bengoetxea



La propuesta es: que los alumnos corrijan la puntuación del poema que mi Voki lee (ya que no respeta la puntuación) y que le quiten el seseo que pronuncia.

Alain Getxo



Tal y como dice el propio Voki, la actividad sería escuchar el poema que se recita, tratar de recordar todo lo que se pueda y buscar información sobre el mismo, el autor y su contexto literario.

Jokin Urruticoechea


Get a Voki now!

La propuesta para los alumnos sería la siguiente:

¿Qué te llama la atención de este poema?

Al protagonista del poema no le gusta el mar. ¿Conoces a alguien al que tampoco le guste el mar? ¿Por qué crees que no le gusta el mar al protagonista?

Amaia Elguezabal


Get a Voki now!



Este programa puede servir de ayuda a la hora de aprender los tiempos verbales en castellano. Seria una manera mas entretenida de recitar y oir al mimso tiempo de algo que de una manera u otra hay que aprender.

Karmele Alkorta



Propuesta para trabajar con el autómata:
Trabajar palabras homofonas, para que los alumnos vean lo importante que es escribir de manera adecuada.

Alba Estrada


Get a Voki now!



Mi propuesta con el autómata es proponer un tema para debatir;
cada alumno deberá hacer un texto argumentativo oral para que el autómata lo reproduzca.
Luego en el blog colgaré las diferentes opiniones a favor y en contra.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Mi primer día de clase


Era mi primer día de clase en el instituto. Caminaba por el pasillo que estaba abarrotado de adolescentes que charlaban y reían sin cesar. Me detuve en seco cuando vi el cartel donde ponía 3ºESO. Por unos instantes tuve que controlar mi respiración que se había vuelto agitada, mis latidos comenzaron a bombear fuertemente y de mis manos caían gotas de sudor.
Cerré los ojos y respire profundamente varias veces, como lo había visto en el programa de relajación que dieron la semana pasada. Mi respiración volvía a ser la de siempre y mis latidos habían vuelto a la normalidad. Me dije a mi misma que estaba preparada y que haría lo mejor que podría. Por última vez, respire hondo, eleve la cabeza y abrí la puerta.
Entre en clase y lo primero que vi fueron papeles y bolígrafos volando de un lado al otro de la clase. Deje mis cosas sobre la mesa y me acerca a la primera fila donde se encontraban las mesas de los alumnos. Tuve que decir “buenos días” varias veces hasta que los alumnos me prestaron atención. 20 pares de ojos centraron su mirada en mí sorprendidos ante mi presencia, que no se habían percatado de que había entrado. Se sentaron en silencio a la espera de que hablase. Cuando me presente como su nueva profesora de lengua y literatura tuve que escuchar murmullos de que era demasiado joven o que parecía una alumna más.
Encendí mi ordenador y el proyector mientras que hacía una breve presentación de mí a los alumnos. Hoy teníamos que empezar con el tema del Romanticismo. La tarde anterior, estuve pensando en cómo podría empezar la clase del día siguiente. Encontré un video en youtube, donde sintetizaba las ideas principales del Romanticismo en apenas 5 minutos. Me pareció que este video podría ser útil para introducirnos en el tema.
La suerte no estaba de mi lado y en esos momentos no se cargaba el video que pensaba poner. Tuve que reaccionar al instante ya que los alumnos comenzaban a inquietarse y hablar entre ellos. Les propuse que hiciésemos una lluvia de ideas para saber lo que sabían sobre el romanticismo. El silencio reinaba en la clase, nadie se animaba a participar. Les hice algunas preguntas y les mostré unas fotos (arquitectura, escultura) de la época. Poco a poco comenzaron a soltarse y comenzaron a hablar y hacer comentarios. Algunos se acercaban más que otros al objetivo pero lo importante era que entre todos participaran en crear una idea sobre el tema. Por fin pude poner el video y los alumnos lo siguieron con gran atención incluso alguno estuvo tomando nota. Después de hacer una pequeña reflexión sobre el video que vimos, se hizo una lectura oral sobre las características básicas del movimiento del romanticismo. Realizaron unas actividades en grupo y para cuando me di cuenta ya era la hora de finalizar. La hora se me paso volando y viendo la actitud que tuvieron los alumnos parece que también. Entre todos realizamos un buen trabajo.

Joana Sagarna

Nuevas herramientas


CLASE DE LITERATURA. Al escuchar esas tres palabras la mayoría de la gente piensa en letras y letras, montones de frases que hay que memorizar sobre personas que hace muchos años escribieron libros que han transcurrido en la historia, para después plasmarlos en el examen. Así es como yo describiría todas las clases de literatura que he tenido durante mi época de estudiante. Por ello, si algún día llego a dar clase de lengua y literatura, no me gustaría que mis alumnos describieran sus clases como yo lo he hecho. Me gustaría que disfrutaran analizando y conociendo la riqueza literaria que nos rodea. Que ellos mismos creen su conocimiento sobre la cultura literaria española, evadiendo la simple memorización de datos para aprobar el examen y obtener una nota.

Me gustaría que los alumnos se lo pasaran bien y disfrutaran trabajando sobre la literatura. Sé que es imposible que estén concentrados y disfrutando en todas las clases; por ello, en los momentos que pueda me gustaría hacer de algunas clases más amenas, contextualizando y acercándome al mundo que a ellos les rodea. Para ello, como en la foto aparece y para que los alumnos presten atención, disfruten y sobre todo aprendan, utilizaría recursos que a ellos les encanta que ahora son posibles llevar a cabo en las aulas gracias a los ordenadores y a Internet.
Hoy en día los ordenadores son como otro miembro de la familia. Además, a la mayoría de los alumnos les encanta este mundo virtual, por lo que creo que utilizar esta herramienta en clase sería favorable para ellos. Gracias a los diferentes programas y páginas que hay en Internet, se pueden preparar unas clases de literatura muy agradables, evitando que durante toda la clase el alumno sea el receptor y el profesor el emisor de la información. Llevando a cabo una clase bien organizada en la que se utilicen los ordenadores, el profesor y los alumnos interactúan entre ellos en todo momento. El alumno pasa a ser igual de protagonista que el profesor y el resto de sus compañeros. Gracias a todos los ordenadores y el proyector, hay una constante interacción entre todos. Por todo esto, además de que el alumno aprende literatura de manera divertida, activa y participativa, también trabaja otras competencias básicas que son esenciales para el estudiante: la competencia lingüística, el tratamiento de la información y la competencia digital, aprender a aprender, la competencia de la cultura, la competencia para la autonomía e iniciativa personal…
En mi opinión, hoy en día debo aprovechar todos los adelantos y progresos de la tecnología digital para llevar a cabo una clase de literatura, ya que, a los docentes nos aporta muchos recursos y facilidades para hacer una clase enriquecedora, agradable y contextualizada a estos tiempos; además hace que los alumnos se interesen más sobre la materia (porque este mundo digital les encanta) y aprendan de diferente manera que es participando en clase e interactuando con el resto gracias al ordenador. Aún así, y siendo realista, sé que en todas las clases de literatura es imposible emplear la ayuda de los ordenadores. Pero en estos casos, tampoco me gustaría caer en la rutina y llevar a cabo una clase típica magistral. En todo lo que pueda me gustaría hacer de la literatura algo agradable e interesante de aprender.

Ane Bengoetxea

¿Cómo te gustaría dar una clase de Lengua?


En ocasiones suelo imaginarme a mí mismo, y me apostaría una cena a que no soy el único, impartiendo mi primera clase de Lengua. Es decir, poder ir más allá de los conceptos teóricos y las simulaciones que hemos realizado a lo largo del Máster, y enfrentarme verdaderamente a una clase con sus 20 alumnos y sus 40 curiosos ojos escrutando al nuevo “inquilino” del aula.Tal y como nos han advertido varios profesores hasta el momento, los primeros minutos de esa primera clase se tornan fundamentales, y por tanto trataría de llevar esa parte inicial totalmente preparada. La improvisación la mandaríamos a paseo, sin duda. Después de saludar y presentarme ante mis nuevos alumnos, me dispondría a pasar la lista como mandan los cánones, e intentaría ir memorizando los nombres de mis jóvenes estudiantes lo antes posible. Y es que, el tratar a cada alumno por su nombre ayudaría sin duda a lograr cierta “cercanía” y “confianza” necesarias dentro de un aula. Y no sólo dentro de una clase, puesto que el hecho de que se dirijan a mí por mi propio nombre es algo que he valorado mucho desde siempre. En esa misma línea, desde el primer día trataría de empezar a conocer a cada alumno un poco, con sus defectos y sus virtudes, con sus filias y sus fobias.
Por otro lado, a lo largo de mi experiencia docente con dicha clase trataría de intercalar, en la medida de lo posible, el uso de las nuevas tecnologías. El “Glogster” y sus murales digitales, la creación del recurrente blog, el omnipresente Youtube,… etc. serían herramientas muy a tener en cuenta a la hora de desarrollar mis clases de Lengua y Literatura.

Unai Santos

Nunca seré tu héroe


No me acuerdo mucho de las clases de literatura, o mejor dicho, no me acuerdo mucho de las clases teóricas de literatura. Sólo me acuerdo de algunos libros que leí en clase de literatura, como por ejemplo: Nunca seré tu héroe, o Pupila de águila. Es por esto que he aprendido cómo no voy a dar las clases de literatura.
Como profesora ilusionada por su trabajo, como debería de ser en todos los casos, me gustaría que mis alumnos en un futuro se acordaran de las clases de literatura, o mejor dicho, de bastantes anécdotas de estas clases y de los escritores de la época. Es imposible acordarse de todo, pero no es imposible acordarse de algo. Mucho menos de las cosas aprendidas mediante la práctica y no la teoría. Por lo tanto, deseo y espero estar al corriente de los últimos avances tecnológicos, y me refiero más que nada a programas educativos de la web, como por ejemplo: Photopeach o Glogster. Creo que todo lo que los alumnos experimentes, ellos solos o en grupos, mientras crean cosas divertidas, no se les va a olvidar, porque de las buenas y divertidas experiencias siempre nos queremos acordar y, como no, contarlas. Intentaré por encima de todo que disfruten, que experimenten y, en definitiva, que vivan la literatura.

Maite Asenjo

Mi primer día de clase


Todavía es una incógnita para mí el cómo voy a afrontar mi primer día como profe de lengua. Realmente, no me había imaginado nunca siguiendo la estela familiar, pero ahora que lo veo cerca empiezo a sentir la incertidumbre del primerizo.

Son ya casi veinte años desde el pupitre. La sensación de estar al otro lado será novedosa y extraña para mí. Intentaré evitar todo aquello de lo que pecaban los (numerosos) malos profesores sufridos, y plasmar en cambio la impronta que algunos (pocos) excelentes docentes dejaron en el recuerdo.

Supongo que será más fácil de lo que imagino, pero no será hasta que me enfrente a mi primera clase que pueda comprobarlo fehacientemente. ¿Seré capaz de mantener el interés en los alumnos durante una hora entera? ¿Despertará curiosidad lo que les explique? Son muchas las preguntas que rondan mi mente; las respuestas esperan en el aula...

Jokin Urruticoechea

martes, 21 de diciembre de 2010

LOS SUEÑOS, ¿SE HARÁN REALIDAD?



La radio informa que los termómetros marcan 28 grados. El café y las tostadas me esperan en la mesa, mientras recojo de mi escritorio, los libros de lengua y literatura de 1º de la ESO del colegio en el que trabajo, mi portátil y la agenda.

Falta poco para las vacaciones y se nota en el ambiente. Según me voy acercando al colegio, los gritos son cada vez más sonoros. Los niños corren sin mirar atrás, donde los padres se piden, por qué no decirlo, un poco aliviados. Primero voy al despacho y hablo con mi compañera, poniendo en común un asunto de la clase del día anterior.

Son las 9 de la mañana y entro por la clase. Aún no se han sentado, pero entre risas van cogiendo asiento.

La clase del día anterior transcurrió de forma muy divertida. Un debate entre dos grupos que formamos y un moderador hizo que reflexionáramos sobre un tema de actualidad que expusimos en clase y vimos lo más característico del debate, teniendo que preparar un texto con las conclusiones del debate.

Hoy también tenían ganas de debate. Tan sólo les dejo dar unas pinceladas sobre lo acontecido el día anterior, reforzando en la clase de hoy lo aprendido.

Enciendo el ordenador y les pongo un video en el que el debate es otra vez el tema central, pero esta vez deberán adivinar el tema del debate, y apuntar lo que más les llame la atención teniendo en cuenta lo aprendido.

Al finalizar la clase dedicamos unos minutos a poner en común lo que hemos apuntado, volviendo a relucir el debate.

Suena la alarma. La escucho muy lejana, y parece ser que sólo yo. Los alumnos siguen debatiendo sin recoger sus cosas para ir al recreo.

De un sobresalto me despierto. ¡Vaya!, ya es la hora de ir al máster, como una alumna más.

Marta Llano

Clase de Literatura: “Introducción motivadora”


Una vez comenzado un nuevo curso académico, y siempre que el tiempo lo permita, creo que es necesario antes de empezar a dar directamente clases de literatura, llevar a la práctica una pequeña introducción para tratar de atraer al alumno de forma positiva a la asignatura.
Para ello, organizaría una sesión de dos horas, o dos sesiones de una hora en días diferentes, las cuales tendrían dos partes: Una en la que yo mismo haría una introducción general acompañada de algún Power Point ilustrativo y a otra en la que traería al aula a una o dos personas representativas del mundo de la literatura para que leyesen “in situ” algún fragmento de alguna obra, por ejemplo Jon Arretxe, Alberto Ladrón o Katixa Agirre en euskara, y Oscar Alonso Álvarez , Toti Martinez de Lezea o Willy Uribe o en castellano.
Los que alguna vez hemos podido disfrutar de alguna experiencia de este tipo a lo largo de nuestra vida, sabemos que es muy enriquecedor y que es una circunstancia muy motivadora de cara a ver la asignatura con otros ojos. Sinceramente creo que sería buena idea.

Alain C. Fernández

Experimentar, la manera eficaz de aprender



Yo he sido educado en el BUP y COU, por lo que, la manera en la que me han enseñado Literatura ha sido la tradicional de adquirir conocimientos. Si he de ser sincero, no me acuerdo de una sola palabra de lo que me contaron a lo largo de esos años. Sin embargo, cuando reflexiono y pienso de lo que recuerdo, me viene a la memoria cuando fui con dos compañeros a Bilbao en autobús porque representaban Luces de Bohemia en el Arriaga (la primera vez que iba al teatro), o cuando vi La casa de Bernarda Alba en video (todo ello para ahorrarme engorrosas lecturas).

Está claro que lo poco que recuerdo es porque lo experimenté… Tomando esta premisa, la manera en la que me gustaría dar clase de Literatura sería intentar seleccionar primeramente los elementos que quiero que se implanten de manera permanente en mis alumnos (autores, obras, géneros literarios…), y después intentar hacerles experimentar con ellos. Creo que es la única manera de que con el transcurso del tiempo recuerden algo (o que les valga para algo su paso por la ESO y Bachillerato, además de para acceder a la Universidad).

Mikel Calviño

Crédito de la imagen 1, Crédito de la imagen 2

domingo, 19 de diciembre de 2010

Volver a empezar

A Patrick le temblaban las manos mientras realizaba la prueba de lengua y matemáticas. Debía hacerla porque, de otro modo, no había forma de ubicarle en ningún curso. ¿Es peruano?, me pregunté a mí misma. No comprendía nada de lo que hablaba. Eran los nervios. Hacía tan sólo dos días que había aterrizado con su padre en España, dejaba en Lima a su madre, sus dos hermanas y a la abuelita. “Tranquilo”, le dije. “Pronto harás amigos en el colegio y lo pasarás en grande”. Al día siguiente, a la hora del patio, le observé con otro chico peruano del centro. No jugaban a fútbol. Estaban sentados sobre la vieja barandilla de madera viendo cómo el resto de los chicos lanzaban el balón. No hablaban pero se hacían compañía.

Alineación al centro

Crédito de la imagen

Tras el descanso, me tocaban clases de mate. Sí, alguien de letras puras explicando potencias y raíces cuadradas. Claro, ya sé lo que estás pensando. Yo también. Patrick asomó la cabeza por la puerta, “la directora me ha dicho que estoy en este curso”. Tomó asiento, sacó un pequeño cuaderno, un bolígrafo y alzó la cabeza.

Comenzamos la sesión tratando de comprender la propiedad distributiva. En un ejercicio concreto todos los alumnos de la clase se quedaron atascados, no conseguían encontrar una respuesta al problema. Entonces, Patrick se levantó y cogió el rotulador de color verde. Escribió en la destartalada pizarra su solución. “Es correcto”, afirmé. En ese mismo instante, Estela, una de las alumnas más brillantes de la clase, gritó de manera espontánea: “¡Ala!, lo sabe!”. Quedaban apenas cinco minutos para que finalizara la clase.

Nahikari Respaldiza

martes, 14 de diciembre de 2010

El discurso publicitario


Análisis de un anuncio publicitario: propuesta de una actividad didáctica con este spot.

El discurso fotográfico

Escribe el texto que te sugiera una de estas imágenes.



El discurso periodístico

Imagina el tema que encabezan los siguientes titulares periodísticos:
  1. Del rosa al amarillo.
  2. De ruiseñor a camello.
  3. ¡A mamar!
  4. La trompa de Dumbo.
  5. España ya no es un ´cerdo´más.

El discurso fotográfico II

Si lo prefieres, a través de Photopeach, puedes ilustrar con imágenes este poema.



No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Jaime Gil de Biedma: Poemas póstumos, 1968

El cómic

Transforma en texto uno de estos tres cómics.




El post


Escribe un post explicando cómo te gustaría dar una clase de Literatura a unos alumnos de la ESO. Recuerda escribir un título e ilustrarlo con una imagen.

lunes, 13 de diciembre de 2010

El discurso literario


Trata de imaginar el diálogo que mantienen los personajes de este fragmento cinematográfico y escríbelo en los comentarios a esta entrada. Observa con mucha atención, gestos, posiciones corporales, uniformes, escenarios...

El discurso retórico

Caracteriza desde un punto de visto retórico los discursos de Bruto y Marco Antonio. Utiliza, para ello, los comentarios. No olvides indicar tu nombre y apellido.